Al contar con una cartera de clientes es posible jerarquizar y personalizar la atención para generar nuevas oportunidades de venta. En otras palabras, un buen manejo de la cartera “permite aprovechar la información para fortalecer las tareas de fidelización.
Una cartera sana no es obra de la casualidad sino del esfuerzo de establecer políticas de ventas, crédito y cobranza que faciliten la venta pero a la vez restrinjan los riesgos de acuerdo al segmento de cartera, al producto, al tiempo de mora y a la situación de mercado.
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